viernes, 16 de octubre de 2015

“Sirena”

Escrita para Origen Art, con ilustración de Fran Galán y figura de Pedro Fernández Ramos.

Subida en lo más alto de las ruinas del herrumbroso buque, el cual se había convertido en su particular atalaya, dominaba el oriental Mar del Diablo. Un inhóspito lugar para los hombres y que para ella constituía su hogar. 
Cuando les divisaba en sus barcos, presumiendo de osadía al adentrarse en aquel legendario territorio acuático, la abordaban sentimientos encontrados. Un odio indescriptible hacia ellos le recorría desde la aleta dorsal hasta lo más profundo de sus entrañas. Pero también un apetito voraz. Sí, le encantaba el sabor de la carne humana y no iba a permitir que ninguno de ellos escapase con vida. Todos acabarían convirtiéndose en víctimas, nuevas muescas que plasmar en la parte posterior de su oxidado promontorio.
Mientras pensaba en ello, les observaba faenar en sus cascarones y se relamía de gusto tan solo de imaginar el exquisito bocado que le esperaba. Lo que más le gustaba era rodearlos con su larga y musculosa cola y arrastrarlos a las profundidades, al tiempo que les veía debatirse entre el ahogamiento y el horror de ser devorados vivos.

Nunca debieron surcar aquellas aguas, jamás hubieron de entrar en sus dominios. Ahora ya era tarde. Aquellos infelices ni siquiera se habían percatado de su presencia, y ya estaban condenados. Y en caso de ser vista, su sinuoso canto sería suficiente para hacerles bajar la guardia. Después, solo comprenderían su destino cuando sus fauces les desgarraran la piel. Ya no tendrían escapatoria.

Reparó en un marinero apartado del resto, que trabajaba distraído, y decidió que él sería su primera presa. Preparándose para atacar, la ferocidad fue inundando su cuerpo. Sus uñas, rasgaron la estructura retorciendo el metal.
Aquel muchacho ya estaba muerto, pero aún no lo sabía…

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